Quisiera morir bajo una jacaranda, en una maldita estación como esta.
Y que mi cuerpo sea cubierto con los destellos de tu nombre,
y que mi boca se apriete contra el piso, porque cuando menos lo pronuncio más te quiero.
Y que la brisa vuele cada fragmento mío, junto con las flores tenues violetas,
y que en lugar mío quede tan sólo el tronco con una capa más de su ciclo.
IZTAPALAPA