jueves, septiembre 19, 2013
30-06-13
De repente llegas. Te antecede un agobiante hastío y una marejada de recuerdos se disponen a azotar mi puerto. Como siempre, sé, no debo rendirme. Pero cuanto cuesta sobreponerme. Y creo que sólo escribiendo logro aminorar el daño. Alguna extraña patología me obliga a crear más caos para tener algo que hacer, para poder resarcir algo, reparar, acomodar. Sentir que puedo arreglar cualquier cosa... [Así surge la idea para "El Arreglador" escrito ese mismo día]
25-06-13
Ya no busco quien me la hizo, sino cómo lo voy a solucionar.
No usaré los afectos de combustible, esta llama arde sola.
No necesito más oxígeno que el propio hálito.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)