CERCA DE IXTAPAN DEL ORO, EDO. DE MEX.
Espera a que fragüen tus palabras,
que su volatilidad no las pierda en la arenosa tormenta,
aquella que entierra tus ojos y que arrastra tu profana ánima,
que corta de raíz,
que arrastra todo aquello en ti aprehendido.
En silencio siente como sangras,
como derramas tus ayeres en el presente,
envolviéndote en reacciones y ciclos.
Espera que todo se eleve,
que de vueltas en el aire,
choque, se embarré,
que vuele al firmamento.
A que vuelvas a brotar,
y que tu ahíto extraño te orille a rebelar.
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