Tu efímera distancia me evoca el implacable presagio de la ausencia:
tu no-presencia me vuelve loco,
me recuerda que estoy solo,
que seré yo sólo, frente a esta vida,
entre este regazo carente y toda tú en todos lados.
Lo que antaño fue, ahora es una reminiscencia tuya.
La contracara de mi capacidad de relacionar cosas
se vuelca sobre mí: libros viejos, lugares pasados,
la entrañable convivencia diaria, palabras, sexo, comunión, risas.
Debates, una implacable, pesada e incontrolable historia.
Una vida que ya no es mía.
Y ahora lo entiendo. Nunca fue mía.
Cerré los ojos y los oídos ante la inminente distancia áurea que te rodeaba.
Ese espacio tan tuyo que nunca logré tocar.
CARRETERA S.L.P.-QUERÉTARO
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