viernes, septiembre 20, 2013

19-09-13


Se acumula tanto vacío 
que desborda.

El silencio excedente
se torna alarido zumbante;
el hablar pierde sentido
en balbuceos oscilantes.

Y la bilis siniestra escurre
fluye por celulosa muerta
se prende a iris oscuros
se impregna como tierra bajo las uñas
tiñe venas al color de infinitos hoyos negros.

Y desconoce interpretaciones lugareñas
-dentros, fueras-
circula
se transforma
de grietas en las comisuras
a sudores que se excretaron juntos.

Y tizna extintas brasas.

Nuestro fulgor apaga
en estas sombrías líneas
de tinta pétrea
esculpida por el tiempo.



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