ACERCA DE LA HISTORIA

El comprender la historia (todo lo que resume la palabra) implica el acto de concientizar acerca de tu presente. Al entender los procesos que causaron el pasado, los instantes primeros (los átomos causales), te ubican y alertan sobre el peso e importancia que tiene tu momento presente. Cada cosa que se hace y no, lo que se piensa, conoce e ignora, ahora, en estos precisos instantes va a  afectar o influir o crear nuevas gamas, líneas y modelos de vida.

Una vez que te haces responsable de los hechos y actos pasados, te haces responsable del momento presente, porque a su vez sabes o tienes una noción de lo que puede desencadenar o generar. Intrínsecamente al comprender el pasado, tu pasado y el de los demás, comprendes tu presente y viceversa. Ubicas los ciclos.

Alerta y a la expectativa del misterio que vives, porque a pesar de creer saber que puede pasar, realmente no sabes exactamente nada. Existen demasiados ciclos, casualidades, probabilidades, coincidencias, accidentes (suerte, impulsos) que van a cruzar sobre tu vaga idea y sobre tu camino, y que a la vez lo transforman.

No existe por lo tanto, ni existirá, una ley histórica que asegure el qué va a suceder. Quizá el único intento de ley personal es el tratar de comprender el ahora, tu ahora  que conforma a su vez tu pasado como un constante extinguir presente.